El mar es un asunto pictórico. En tanto que espacio inmenso, temible, ajeno al completo dominio humano, el mar fue para los artistas un paisaje más fantástico que real, escenario de tormentas, naufragios y combates. Fue también la esfera misteriosa en la que ocurrían las acciones de los dioses, las gestas de los héroes y los prodigios de los santos, historias dignas de ser pintadas.
Se ha representado después como una superficie brillante y lisa, sujeta al rigor de la cartografía, extensión natural del territorio sobre el que la civilización ya ejercía su gobierno. Y ha sido, por fin, un elemento de seducción para los artistas: un paisaje de variadas resonancias sentimentales y una fuente de desafíos artísticos.
En este libro, junto a una selección de cien obras del Museo Nacional del Prado, se reúnen seis enriquecedores ensayos breves de Fernando Checa, Daniel Crespo, María de los Santos García Felguera, Matteo Mancini, Miguel Morán y José Juan Pérez Preciado a propósito del mar, de cómo ha sido un asunto principal para pintores, comitentes y público y de la presencia destacada de sus aguas azules en las colecciones del Museo del Prado.
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