Pilar de la sociedad de Arabia Saudí, y característica ineludible en la conformación de su historia nacional, es albergar las ciudades de La Meca, donde nació Mahoma, y Medina, donde está enterrado. Se trata de ciudades que ya de antiguo eran parada obligada de las caravanas, pero en las que, desde el siglo VII, se ubica una de las prácticas esenciales en la construcción individual y colectiva de la comunidad de fieles islámicos: el hajj, el viaje de peregrinación a La Meca.
En la peregrinación participan anualmente unos dos millones y medio de personas. Para facilitar el traslado de tantos viajeros, el gobierno ideó la construcción de una línea de alta velocidad que uniese ambas ciudades a través del desierto, una obra de magnitudes extraordinarias y gran complejidad técnica. La adjudicación de esta obra recayó en un consorcio de empresas español. Este libro es la historia de ese viaje, de esa obra colosal y del tren que hoy ya atraviesa las arenas de Arabia.
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