El concepto de monarquía nacional, que empezó a surgir en países como España, Francia o Inglaterra a partir del siglo XVI, difícilmente podía reflejarse en el modelo cultural del período anterior. Se trataba de una idea de gobierno que necesitaba una complicada burocracia, un ejército centralizado, un nuevo ceremonial de corte y además, y esto es de lo que trata nuestro libro, una nueva imagen del poder del monarca.
En la creación de esta nueva representación del poder, la figura de Carlos V desempeñó un papel de gran importancia tanto por lo peculiar de su sistema político como por la época y los lugares en los que le tocó vivir. La estructura de su imperio, una serie de posesiones unidas sólo por vínculos personales, explica las distintas imágenes de Carlos V en cada uno de esos lugares y, sin embargo, el interés de la corte imperial por promocionar una imagen del césar de carácter más universal basada en la tradición clasicista que lo presentaba como heredero del Imperio Romano.
Así pues, el profesor Fernando Checa estudia las distintas representaciones del emperador comenzando por las realizadas en su juventud, todavía impregnadas de reminiscencias caballerescas medievales, hasta llegar a su imagen mítica estructurada en torno a modelos clasicistas romanos.
Para la cabal comprensión de esta evolución, nuestro libro ofrece gran profusión de ilustraciones en las que se ha dado prioridad, frente a las obras más conocidas, a aquellas series iconográficas que habitualmente no se reproducen completas por la dificultad en encontrarlas en buen estado de conservación y el alto coste de sus derechos de reproducción.
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