La pyramide du Louvre -. Collection SOLO

La pirámide del Louvre se ha convertido en el símbolo indiscutible de uno de los museos más famosos del mundo. Nada parecía predisponerlo al principio. Sólo la fuerza de la convicción de su autor, el arquitecto chino-estadounidense Ieoh Ming Pei, permitió con el tiempo comprender su innegable éxito. Así, esta nueva entrega de la colección Solo propone repasar esta historia a través de cuatro capítulos que nos harán revivir lo más destacado de esta hazaña que tuvo lugar hace treinta años.  El 29 de marzo de 1989, el Presidente de la República, Francois Mitterrand, inauguró esta nueva entrada al museo, que había propuesto en cuanto llegó al poder en 1981.  Diseñada para proporcionar al público las instalaciones culturales más modernas para la comodidad de su visita, la pirámide de cristal fue sólo el primer acto de un desarrollo aún mayor de las superficies expositivas. Ocho años de intenso trabajo involucraron al Estado, la ciudad de París, el Establecimiento del Gran Constructor del Louvre dirigido por Emile Biasini, un equipo de gestión de proyectos franco-estadounidense, el personal del Museo del Louvre se reunió alrededor del hombre que se convertiría en su primer presidente y director, Michel Laclotte, y empresas de obras públicas de renombre internacional. Detrás del aparente consenso de los actores del proyecto, no pasaremos por alto los profundos antagonismos que animaron la controversia sobre la elección de la pirámide. Y sin embargo, treinta años después, el éxito de esta arquitectura única se ha hecho evidente. El que fue concebido como un desafío arquitectónico, se convirtió en el catalizador de millones de visitantes que vinieron a ver el Louvre.